Creer en la existencia del infierno,como lugar de eternos tormentos,es sin duda,la mayor pesadilla que puede vivir un ser humano.Nadie que crea en esa tortuosa idea puede vivir en paz.Esta aberración está presente en muchas religiones,tanto abrahámicas,como en las de Asia Oriental y Meridional,y en muchas religiones tribales.Se trata de una creencia que forma parte del inconsciente colectivo humano.
En el cristianismo,el infierno es desgraciadamente creído por la mayoría de creyentes.Está muy incrustado en el inconsciente cristiano,hasta el punto de que muchas personas con dos dedos de frente siguen creyendo en su existencia,ya que está profundamente infiltrada en la cultura cristiana.
La creencia del infierno está muy presente en el integrismo protestante,especialmente en las iglesias evangélicas de nuevo cuño.En el protestantismo histórico,liberal y digno de Europa y de Estados Unidos es donde se habla con más claridad que la gran mentira hay que ponerla muy en duda y en cualquier caso reinterpretarla.En movimientos neocristianos como los Adventistas o los Testigos de Jehová dicen claramente que el infierno no existe,algo que les honra.En la Iglesia Católica, durante siglos, ( y hasta hace un tiempo el protestantismo histórico) lo ha utilizado como una poderosa arma para controlar a los fieles.
A pesar de las declaraciones de Juan Pablo II,en que reconocía que el infierno es un estado del alma,de verse privado de la presencia de Dios,y no un lugar físico,no se ha tomado en serio reconsiderar esta mentira.De hecho,las valientes palabras de Juan Pablo II pasaron desapercibidas en los ambientes católicos que para los que les interesaba y si coincidía con sus obsesiones dogmáticas,pregonaban a los cuatros vientos otras palabras y declaraciones del fallecido Papa.De hecho,regresan con fuerza ciertos fundamentalistas católicos,hablando del infierno como una realidad de eternos de tormentos,sin rubor alguno.Y no son personas que provengan de ambientes clientes del integrismo,como el Opus Dei y demás organizaciones ultras,sino de personas jóvenes y cultas,"convertidas",algunas en focos aparicionistas marianos,donde el mensaje preconciliar está muy presente y en el que solo unos poco se dan cuenta que no es la Virgen María la que se aparece allí precisamente.
Para hablar del infierno debemos volver a los orígenes,que son los Evangelios,tan abandonados y manipulados.De hecho,el catolicismo solo cree en la Tradición,y cierto protestantismo en el Antiguo Testamento.Volvamos,pues a los Evangelios.Jesús,que hablaba en parábolas y utilizando un gran lenguaje simbólico,muy propio de la cultura judía,hablaba de la "Gehenna" como lugar de destino para las almas de los malvados.¿Pero que es la "Gehenna"? Era un vertedero de basuras a las afueras de Jerusalén.En tiempos remotos,en dicho lugar,un valle árido,se hicieron numerosos sacrificios humanos,sobretodo de niños,al dios Moloch.Allí los antiguos cananeos realizaban a Moloch sacrificios de niños que eran quemados vivos y un gran instrumento musical,el tofet,lo hacían sonar los sacerdotes para que la gente no pudiese escuchar los gritos de los pobres niños asesinados de una manera tan cruel.Yahveh prohibió a los israelitas cualquier sacrificio humano o culto a Moloch.
Para los israelitas de todos los tiempos,el valle de Ge-Himmon,Hinnon o Gehenna,representaba el lugar más terrible del mundo y alejado de Dios,donde se habían cometidos horribles crímenes de sacrificios de niños y de idolatría.Un lugar de calor extremo,lleno ahora de basuras,con la memoria de los niños muertos...un lugar que simbolizaba la total ausencia de Dios.De eso hablaba Jesús,del lugar donde el alma vive sin la Presencia de Dios.El Valle de He-Himmon era la manera simbólica de referirse Jesús al alma que por su maldad vivirá alejada de Dios en la otra vida.Jesús,no olvidemos,hablaba en parábolas y la Gehenna no era sino una más.
Los judíos de la época contemporánea y anterior a Jesús jamás creyeron el infierno.Este concepto les era tan desconocido y ajeno a su fe como la de reencarnarse en un animal.En el Antiguo Testamento o Tanaj judío ,el infierno simplemente no existe.Los judíos,que no tenían un concepto muy desarrollado de la vida de ultratumba,creían en el "sheol",un lugar que era la fosa ultraterrena de la Humanidad,donde las almas de buenos y malos llevaban una existencia sombría,y que en el fondo era preferible a las angustias de la vida terrena.El infierno,por tanto,era algo inexistente en la fe judía.
Con la traducción de la Biblia,el término "gehenna" se tradujo erroneamente por "infernus",que viene de "inferus" (inferior o tierra inferior),haciendo referencia a los infiernos o tierras inferiores en que vivían los demonios de las religiones paganas y cuyas entradas y salidas eran los volcanes (lugares de fuego y azufre).Con la traducción errónea no solo se corrompió el término exacto que mencionó Jesús,sino que se creó la peor calumnia que el ser humano ha levantado contra el Padre,que ha pervivido durante 2.000 años y que forma parte,desgraciadamente,de una manera tan intensa de los demonios interiores de los cristianos que se sigue creyendo en esa blasfemia.
Durante los cinco primeros siglos del cristianismo,el concepto de "infierno" como lugar de eternos tormentos era inexistente.Doctores y Santos Padres de la Iglesia como Orígenes,Jerónimo,Gregorio de Nisa,Dídimo,Diodoro y Teodoro de Mopsuestia consideraban que la pena del "infernus" era temporal,hasta que el Concilio de Constantinopla consideró que las penas del "infernus" eran eternas.Y no fue hasta el primer Concilio de Letrán,en que la existencia del infierno no fue considerada dogma de fe.Es decir,durante los cinco primeros siglos del cristianismo ,el infierno fue temporal,y el en los seis siguientes se consideró que era eterno,pero no fue hasta el duodécimo
siglo cristiano en que se le consideró un dogma de fe.
Como el "infernus" ya no era temporal,y se necesitaba urgentemente un lugar de castigo que si lo fuese,se creó el Purgatorio,dogma de fe,como tantos otros,sin base evangélica alguna y que no es otra de las muchas mentiras que se han ido sacando de la manga papas y concilios a medida que pasaban los siglos y la fe cristiana no era sino una mala copia de la religión grecorromana,con su panteón de seres divinos jerarquizados,sus ritos,su casta sacerdotal,su corrupción,sus riquezas,sus lujosos templos y sus imágenes de oro.
Queda bastante claro,analizando lo que Jesús dijo exactamente,a que se refería,como se tradujo,de donde venía esa traducción y lo que se pensó en los primeros siglos del cristianismo,para ver que el infierno y su fuego eterno es solo la creación de la mente humana,llena de demonios interiores y de miedos ancestrales.La creencia en las antiguas religiones de dioses crueles,arbitrarios y caprichosos,y de sus respectivos infiernos en el interior de la Tierra,por donde se entraban en los volcanes,llegó a la fe de Cristo,desgraciadamente.
El filósofo existencialista Jean Paul Sartre,acuñó la frase,que es una gran verdad: "el infierno son los otros".Queda claro que el único infierno que podemos vivir no nos lo va a dar Dios,sino la maldad del hombre.Y que todos aquellos que creen en esa mentira, ya de por si no solo viven un infierno en la Tierra,sino que no creen en el Dios de Cristo,que jamás nos amenazó ni jamás nos ha deparado fuego eterno alguno.
El infierno del que habló Jesús se puede visitar,en plan turistico y en esta vida.Basta ir al valle de Ge-Himmon,para estar en él y darse cuenta que como dijo Jesús "la verdad os hará libres." Y yo añadiría que la mentira,esclavos.Quién quiera librarse de esas cadenas,pensando un poco pude encontrar la llave para abrirlas.
En el cristianismo,el infierno es desgraciadamente creído por la mayoría de creyentes.Está muy incrustado en el inconsciente cristiano,hasta el punto de que muchas personas con dos dedos de frente siguen creyendo en su existencia,ya que está profundamente infiltrada en la cultura cristiana.
La creencia del infierno está muy presente en el integrismo protestante,especialmente en las iglesias evangélicas de nuevo cuño.En el protestantismo histórico,liberal y digno de Europa y de Estados Unidos es donde se habla con más claridad que la gran mentira hay que ponerla muy en duda y en cualquier caso reinterpretarla.En movimientos neocristianos como los Adventistas o los Testigos de Jehová dicen claramente que el infierno no existe,algo que les honra.En la Iglesia Católica, durante siglos, ( y hasta hace un tiempo el protestantismo histórico) lo ha utilizado como una poderosa arma para controlar a los fieles.
A pesar de las declaraciones de Juan Pablo II,en que reconocía que el infierno es un estado del alma,de verse privado de la presencia de Dios,y no un lugar físico,no se ha tomado en serio reconsiderar esta mentira.De hecho,las valientes palabras de Juan Pablo II pasaron desapercibidas en los ambientes católicos que para los que les interesaba y si coincidía con sus obsesiones dogmáticas,pregonaban a los cuatros vientos otras palabras y declaraciones del fallecido Papa.De hecho,regresan con fuerza ciertos fundamentalistas católicos,hablando del infierno como una realidad de eternos de tormentos,sin rubor alguno.Y no son personas que provengan de ambientes clientes del integrismo,como el Opus Dei y demás organizaciones ultras,sino de personas jóvenes y cultas,"convertidas",algunas en focos aparicionistas marianos,donde el mensaje preconciliar está muy presente y en el que solo unos poco se dan cuenta que no es la Virgen María la que se aparece allí precisamente.
Para hablar del infierno debemos volver a los orígenes,que son los Evangelios,tan abandonados y manipulados.De hecho,el catolicismo solo cree en la Tradición,y cierto protestantismo en el Antiguo Testamento.Volvamos,pues a los Evangelios.Jesús,que hablaba en parábolas y utilizando un gran lenguaje simbólico,muy propio de la cultura judía,hablaba de la "Gehenna" como lugar de destino para las almas de los malvados.¿Pero que es la "Gehenna"? Era un vertedero de basuras a las afueras de Jerusalén.En tiempos remotos,en dicho lugar,un valle árido,se hicieron numerosos sacrificios humanos,sobretodo de niños,al dios Moloch.Allí los antiguos cananeos realizaban a Moloch sacrificios de niños que eran quemados vivos y un gran instrumento musical,el tofet,lo hacían sonar los sacerdotes para que la gente no pudiese escuchar los gritos de los pobres niños asesinados de una manera tan cruel.Yahveh prohibió a los israelitas cualquier sacrificio humano o culto a Moloch.
Para los israelitas de todos los tiempos,el valle de Ge-Himmon,Hinnon o Gehenna,representaba el lugar más terrible del mundo y alejado de Dios,donde se habían cometidos horribles crímenes de sacrificios de niños y de idolatría.Un lugar de calor extremo,lleno ahora de basuras,con la memoria de los niños muertos...un lugar que simbolizaba la total ausencia de Dios.De eso hablaba Jesús,del lugar donde el alma vive sin la Presencia de Dios.El Valle de He-Himmon era la manera simbólica de referirse Jesús al alma que por su maldad vivirá alejada de Dios en la otra vida.Jesús,no olvidemos,hablaba en parábolas y la Gehenna no era sino una más.
Los judíos de la época contemporánea y anterior a Jesús jamás creyeron el infierno.Este concepto les era tan desconocido y ajeno a su fe como la de reencarnarse en un animal.En el Antiguo Testamento o Tanaj judío ,el infierno simplemente no existe.Los judíos,que no tenían un concepto muy desarrollado de la vida de ultratumba,creían en el "sheol",un lugar que era la fosa ultraterrena de la Humanidad,donde las almas de buenos y malos llevaban una existencia sombría,y que en el fondo era preferible a las angustias de la vida terrena.El infierno,por tanto,era algo inexistente en la fe judía.
Con la traducción de la Biblia,el término "gehenna" se tradujo erroneamente por "infernus",que viene de "inferus" (inferior o tierra inferior),haciendo referencia a los infiernos o tierras inferiores en que vivían los demonios de las religiones paganas y cuyas entradas y salidas eran los volcanes (lugares de fuego y azufre).Con la traducción errónea no solo se corrompió el término exacto que mencionó Jesús,sino que se creó la peor calumnia que el ser humano ha levantado contra el Padre,que ha pervivido durante 2.000 años y que forma parte,desgraciadamente,de una manera tan intensa de los demonios interiores de los cristianos que se sigue creyendo en esa blasfemia.
Durante los cinco primeros siglos del cristianismo,el concepto de "infierno" como lugar de eternos tormentos era inexistente.Doctores y Santos Padres de la Iglesia como Orígenes,Jerónimo,Gregorio de Nisa,Dídimo,Diodoro y Teodoro de Mopsuestia consideraban que la pena del "infernus" era temporal,hasta que el Concilio de Constantinopla consideró que las penas del "infernus" eran eternas.Y no fue hasta el primer Concilio de Letrán,en que la existencia del infierno no fue considerada dogma de fe.Es decir,durante los cinco primeros siglos del cristianismo ,el infierno fue temporal,y el en los seis siguientes se consideró que era eterno,pero no fue hasta el duodécimo
siglo cristiano en que se le consideró un dogma de fe.
Como el "infernus" ya no era temporal,y se necesitaba urgentemente un lugar de castigo que si lo fuese,se creó el Purgatorio,dogma de fe,como tantos otros,sin base evangélica alguna y que no es otra de las muchas mentiras que se han ido sacando de la manga papas y concilios a medida que pasaban los siglos y la fe cristiana no era sino una mala copia de la religión grecorromana,con su panteón de seres divinos jerarquizados,sus ritos,su casta sacerdotal,su corrupción,sus riquezas,sus lujosos templos y sus imágenes de oro.
Queda bastante claro,analizando lo que Jesús dijo exactamente,a que se refería,como se tradujo,de donde venía esa traducción y lo que se pensó en los primeros siglos del cristianismo,para ver que el infierno y su fuego eterno es solo la creación de la mente humana,llena de demonios interiores y de miedos ancestrales.La creencia en las antiguas religiones de dioses crueles,arbitrarios y caprichosos,y de sus respectivos infiernos en el interior de la Tierra,por donde se entraban en los volcanes,llegó a la fe de Cristo,desgraciadamente.
El filósofo existencialista Jean Paul Sartre,acuñó la frase,que es una gran verdad: "el infierno son los otros".Queda claro que el único infierno que podemos vivir no nos lo va a dar Dios,sino la maldad del hombre.Y que todos aquellos que creen en esa mentira, ya de por si no solo viven un infierno en la Tierra,sino que no creen en el Dios de Cristo,que jamás nos amenazó ni jamás nos ha deparado fuego eterno alguno.
El infierno del que habló Jesús se puede visitar,en plan turistico y en esta vida.Basta ir al valle de Ge-Himmon,para estar en él y darse cuenta que como dijo Jesús "la verdad os hará libres." Y yo añadiría que la mentira,esclavos.Quién quiera librarse de esas cadenas,pensando un poco pude encontrar la llave para abrirlas.
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