¿CONOCER A DIOS?

¿COMO SE PUEDE CONOCER A DIOS? ¿DE QUÉ MANERAS?

¿QUÉ NOS PUEDEN DECIR LOS MÍSTICOS,QUE SON AQUELLOS QUE LO HAN EXPERIMENTADO?

¿QUÉ NOS PUEDE DECIR LA FÍSICA CUÁNTICA SOBRE FENÓMENOS COMO LA SINCRONICIDAD Y LA CAUSALIDAD,EN LA QUE PARECE EXISTIR UNA MANO INTELIGENTE?

¿QUÉ PODEMOS AVERIGUAR DE LA ASOMBROSA CAPACIDAD AUTORREGULATORIA DE LA TIERRA Y DE LA VIDA,COMO SI FUESE UN ROBOT CREADO POR UN SER INTELIGENTE?

¿QUÉ PODEMOS APRENDER SOBRE LAS PRUEBAS MÁS CONTUNDENTES SOBRE LA LLAMADA PROVIDENCIA DIVINA,EN QUE EN NUESTRAS VIDAS Y EN EL MUNDO ENTERO ALGO OCURRE QUE SENTIMOS UNA FUERZA PROTECTORA?

EL PLANETA-RELOJ: MÁQUINA DE DIOS (2)

En esta teoría por mi expuesta de la Tierra,hecha como un planeta-reloj,con unos mecanismos que hacen que funcione  por sí misma,y creados por el relojero que sería Dios,habría una prueba,que es la asombrosa química atmosférica y las misiones que cada gas tendría sobre la vida y el planeta. Algo que para nada puede ser fruto de la casualidad. Se menciones los gases,su porcentaje en la atmósfera,su flujo desde la biosfera y su función reguladora.


GAS: Nitrógeno.
PORCENTAJE: 79%
FLUJO EN TONELADAS: 300 millones.
FUNCIÓN EXACTA REGULADORA: Aumento de la presión,extinción de incendios y alternativa al nitrato marítimo.

GAS: Oxígeno.
PORCENTAJE: 21%
FLUJO EN TONELADAS: 100.000 millones.
FUNCIÓN  REGULADORA: Gas de referencia energética.

GAS: Dióxido de carbono.
PORCENTAJE: 0´03%
FLUJO EN TONELADAS: 140.000 millones
FUNCIÓN  REGULADORA: Fotosíntesis y control del clima.

GAS: Metano
PORCENTAJE: 10-4
FLUJO EN TONELADAS: 1.000 millones.
FUNCIÓN REGULADORA: Regulación del oxígeno y de la zona anaerobia

GAS:Óxido nitroso.
PORCENTAJE: 10-5
FLUJO EN TONELADAS: 100 millones.
FUNCIÓN REGULADORA: Regulación del oxígeno y del ozono.

GAS: Amoníaco.
PORCENTAJE: 10-6
FLUJO EN TONELADAS: 300 millones.
FUNCIÓN REGULADORA: Control del Ph en aire y agua y control del clima en época remotas

GAS: Gases azufrados.
PORCENTAJE:
FLUJO EN TONELADAS: 100 millones.
FUNCIÓN REGULADORA: Transporte de los gases del ciclo de azufre.

GAS: Cloruro de metilo.
PORCENTAJE:
FLUJO EN TONELADAS: 10 millones.
FUNCIÓN REGULADORA: Regulación del ozono y formación de las nubes.

GAS: Yoduro de metilo.
PORCENTAJE:
FLUJO EN TONELADAS: 1 millón.
FUNCIÓN REGULADORA: Transporte del yodo a los seres vivos.

EL PLANETA-RELOJ: MÁQUINA DE DIOS (1)



La química de la estratosfera es asunto del mayor interés para los científicos académicos. Innumerables reacciones químicas tienen lugar bajo condiciones puramente abstractas de fase gaseosa, sin que, como en el caso de los recipientes del laboratorio, haya paredes que echen a perder la perfección del experimento. No es sorprendente, por lo tanto, que casi toda la labor científica relacionada con la química atmosférica se haya concentrado en la estratosfera y las zonas que quedan por encima de ella.

Esta especialidad tiene hasta una designación específica, aeronomía química. Y sin embargo, salvo por las repercusiones —aducidas, pero no probadas— de los cambios en la concentración de ozono, la relación entre la biosfera y las capas superiores de la atmósfera parece tener menos entidad que la establecida por los científicos que las convierten en su objeto de estudio. 

A consecuencia de esta actitud, la troposfera, que es la parte más voluminosa de la atmósfera, se conoce bastante menos. Por encima de la estratosfera está la ionosfera, donde la rarificación del aire es muy intensa; el ritmo de las reacciones químicas es también más vivo en razón de lo tenue del filtro que se interpone en el camino de los rayos solares. En estas regiones, la mayoría de las moléculas, no sólo el nitrógeno y el CO2, son escindidas en los átomos que las constituyen.


Aparecían por todas partes transgresiones a las normas del equilibrio químico y, sin embargo, en el seno de este desorden aparente se mantenían constantes, de alguna forma, unas condiciones favorables para la vida. Cuando acaece lo inesperado y no puede achacarse a la casualidad, lo procedente es buscar una explicación racional.

Veamos, pues, si la hipótesis de una regulación de la Tierra hecha por Dios,ya sea durecta o indirectamente. nos sirve para explicar la extraña composición de nuestra atmósfera, dado que la biosfera es la encargada de ordenarla al milímetro su compsosición,como si de una computadira se tratase,y la que mantiene y controla activamente el aire dentro del cual vivimos, suministrando de tal modo un entorno óptimo para la vida del planeta.

Para confirmar o negar este supuesto examinaremos la atmósfera de modo muy parecido a cómo el fisiólogo estudia los componentes de la sangre, cuando lo hace preguntándose de qué forma contribuye cada uno de ellos a mantener viva la criatura de la que proceden.


Desde el punto de vista químico, aunque no en términos de abundancia, el gas dominante en el aire es el oxígeno. Es este elemento el que establece el nivel referencial de energía química a todo lo largo y ancho del planeta, nivel que hace posible encender fuego —dada una substancia combustible— en cualquier punto de la Tierra.

Lovelock llegó a esta conclusión en el transcurso de su trabajo científico mientras trataba de idear qué signos de vida debían buscar en el planeta Marte los instrumentos que estaban diseñando. Se le ocurrió que si fuese un marciano en vez de un inglés, habría sido fácil resolver el problema en sentido contrario. Para obtener la solución, todo lo que hubiera necesitado un marciano hubiera sido un modesto telescopio con un buen espectroscopio incorporado. La misma composición del aire de la Tierra proclama la innegable existencia de vida. La atmósfera terrestre contiene una gran cantidad de oxigeno libre, que es un elemento químico muy activo. El hecho de que se encuentre libre en esas cantidades en la atmósfera significa que tiene que haber algo que lo esté reponiendo constantemente. Si esto no fuera así, hace mucho tiempo que el oxígeno atmosférico habría reaccionado con otros elementos como puede ser el hierro de la superficie terrestre y habría desaparecido, exactamente igual que nuestros espectroscopios terrestres han mostrado que cualquier cantidad de oxigeno que hubiese habido se ha agotado desde hace mucho tiempo en nuestros vecinos planetarios, Marte incluido